PIRI REIS: Un cartógrafo otomano del siglo XVI
(Texto de la ponencia del autor en el Congreso Internacional V Centenario de la Muerte del Almirante, Valladolid-Colon 2006, realizado en Valladolid, Espana entre 15-19 de mayo de 2006)
El 12 de octubre de 1492, en su primer viaje al nuevo continente, Cristóbal Colón desembarcó en una isla de las pequeñas Bahamas, que él bautizó con el nombre de “San Salvador”. En aquel entonces, él no sabía que había descubierto un nuevo continente. Tampoco lo sabía, según cuentan los historiadores, cuando realizó su cuarto viaje a América ni a su muerte en España en 1506. Esto explica en parte por qué al nuevo continente se le dio el nombre de Amerigo Vespucci, un explorador italiano que en un principio navegó para la corte española a las órdenes de Alonso de Ojeda y que más tarde emprendió sus propios viajes al Nuevo Mundo. Natural de Florencia, fijó su residencia en España, tal como lo hizo el gran almirante Colón.
Hacia finales del siglo XV, los Reyes Católicos de España, Fernando e Isabel, habían puesto fin al último reino musulmán de la península con la toma de Granada y conseguido la unidad de España. Esta campaña militar, que concluyó la Reconquista, vació las arcas de la Corte española. Fue sin duda este, además de otros elementos, el factor más importante que explica por qué Fernando e Isabel cedieron a las insistentes peticiones de Colón de apoyo a su plan para encontrar una nueva ruta oceánica occidental hacia las Indias de la especiería.
No cabe realizar en este breve ensayo un análisis en profundidad de la situación política que movió a la monarquía española a buscar una ruta alternativa a Oriente para aprovisionarse de riquezas –oro, esclavos y territorios. Sin embargo, el motivo último subyacente es de importancia capital para el desarrollo de este artículo: fue la presencia del Imperio Otomano en el este del Mediterráneo, y su flota en esas aguas, lo que dificultaba e incluso impedía a España hacer uso de las rutas marítimas y terrestres a Oriente a través del Mediterráneo. (Por supuesto, no había impedimento que impidiese utilizar las rutas marítimas norte-sur, que discurrían a lo largo de la costa africana y, tras salvar el Cabo de Buena Esperanza, que había sido descubierto sólo cinco años antes, se dirigían hacia Oriente, pero éstas suponían un verdadero desafío, si no una aventura de incierto desenlace en aquellos días).
He creído necesario hacer esta introducción algo extensa ya que este artículo pretende potenciar la figura de Piri Reis, sobre el que ya existe amplia información, al mismo tiempo que encuadrarlo en el contexto de las relaciones turco-hispanas.
Vida de PIRI
Piri Reis nació en Gelibolu (Galípoli) –no existe duda alguna sobre este hecho, sin embargo los historiadores no se ponen de acuerdo a la hora de fijar la fecha. Se supone que debió venir al mundo entre 1465 y 1470. Como muchos niños de su entorno, su vocación fue siempre la de ser marinero. En su caso existía una razón adicional para serlo. Su tío Kemal fue uno de los almirantes más destacados de la corte otomana. La información que existe sobre Piri es tan escasa que incluso se especula sobre su nombre. Según Afet Inan, que dedicó gran parte de su vida a investigar sobre Piri y su obra, su nombre fue Muhiddin Piri, hijo de Mehmed. En la única transcripción en turco contemporáneo (el original es en turco otomano) del Libro de Navegación de Piri (Kitab-i Bahriye, Denizcilik Kitabi) de Yavuz Senemoglu, el autor –con referencia al historiador Tahir Bey- le llama “Ahmet, hijo de Haci Mehmed”. Mehmet Önder, que escribió el preámbulo del libro le llama también “Muhiddin Piri”.
(No soy historiador, pero tiendo a creer que, cualquiera que fuera su nombre, se le dio el seudónimo de Piri por ser un consumado navegante. Es interesante ver como en su propio libro llama “Piri” a su tío Kemal. Creo que éste fue un título de respeto utilizado por navegantes experimentados de aquel entonces. No obstante, él se autodenomina como “Piri, hijo de Mehmed” en las postrimerías del Libro de Navegación).
No se conoce mucho sobre su vida. Conocemos que recibió formación de su tío y participó en sus campañas como corsario en el Mediterráneo. Casi todas las fuentes están de acuerdo en que acompañó a su tío en 1487 cuando el corsario otomano acudió en ayuda de los moriscos expulsados de España para trasladarlos al norte de África. También tomó parte en campañas navales otomanas en Sicilia, Cerdeña, Córcega, sur de Francia y Venecia. En este último escenario, participó como comandante de un buque a las órdenes de Kemal, que era entonces Almirante Mayor (“Kaptan-i Derya”) de la flota otomana.
Tras la muerte de su tío en 1511, Piri se dedico a su función académica, estableciéndose en Gelibolu durante algunos años. Más tarde participó en la campaña de la Armada otomana en la conquista de Egipto en 1516, durante la cual presentó a Yavuz Sultan Selim su famoso (primero) mapamundi de 1513. Tras finalizar su Libro de Navegación, tomó parte en la campaña contra Rodas. En 1525, presentó su libro a Solimán el Magnífico. Fue nombrado Capitán de Egipto (y el Mar Rojo) en 1547. Recuperó Aden de los portugueses en 1548 y tomó Mascat en 1552.
Se retiró a Suez durante el sitio de Hormuz cuando tuvo noticias de que la flota portuguesa de la India se dirigía hacia ellos. Fue acusado de haber cometido un error táctico y ejecutado. La fecha de su muerte es, o mejor dicho “fue”, otro misterio. Fuentes turcas apuntan, sin citar documentos, a 1554. Pero el académico chileno, Paulino Toledo –el primer chileno beneficiario de una beca del gobierno turco- reveló en 1993 que un documento papal de diciembre de 1553 informaba de la muerte de Piri. Dicho documento mostraba claramente que Piri había sido decapitado por órdenes del Pasha de El Cairo, como resultado de haber levantado el sitio de Hormuz.
Obra de Piri
Se ha escrito mucho acerca de su obra: su libro sobre navegación y sus dos mapas famosos. Pero es necesario realizar una investigación más a fondo, como se podrá comprobar más adelante. Estas obras fueron halladas por primera vez en Estambul en 1929 con ocasión de la fundación del Museo del Palacio de Topkapi. Existen algunos otros ejemplares manuscritos del “Libro de Navegación”, los cuales probablemente se conocían con anterioridad a 1929, pero con este hallazgo, Piri adquirió renombre gracias a su mapamundi (de 1513) –conocido, aunque erróneamente, como el más antiguo mapa de América”.
En primer lugar, el mapa de Piri no es un Mapa de América, sino un “mapamundi”. Desafortunadamente, se perdió parte de él. Ésta corresponde a la parte del “Viejo Mundo”. Ahora tenemos la pieza de ese mapa, trazado en piel de gacela curtida, que muestra la costa occidental de Europa y África, el océano Atlántico y la costa oriental de América. Ciertamente, el hecho de que fuera dibujado en 1513 –en un periodo en el que poca gente tenía conocimiento del descubrimiento de América- explica la sensación que se creo en torno a este mapa y podría justificar las referencias erróneas que a él se hicieron. Por otra parte, no fue el primer mapa que incluyera América. Como el mismo Piri manifiesta honesta y modestamente en su obra: “También usé mapas dibujados por Colón al elaborar mi propio mapa.” De cualquier modo, Juan de la Cosa, cartógrafo oficial en los viajes de Colón, había confeccionado ya un mapa en 1500 incluyendo la costa oriente de América, mientras que un científico alemán, Waldseemüller, que dio también al nuevo continente el nombre de América, dibujó su mapa del mundo en 1507. El mapa Cantino data de 1502, mientras que G. Cantorini publicó su mapa en 1506. Lo que quizás debería enorgullecernos más a nosotros, los turcos, acerca de los mapas de Piri, es el hecho de que son mucho más precisos que otros mapas de la época o incluso de épocas posteriores. La suerte del segundo mapamundi de Piri fue incluso más desdichada. Sólo ha llegado a nuestros días una octava parte de este “portulano” fechado en 1528. Esta parte muestra la costa este de Norte América y está mucho más elaborado que todo lo que se había publicado hasta entonces.
Estudiosos de los cinco continentes han puesto toda su atención en los mapas de Piri, olvidando, aparentemente, su Libro de Navegación. Ciertamente, tal y como Afet Inan escribe en su libro sobre Piri, “…las guías marítimas inglesas, italianas, españolas y holandesas han sido escritas sobre la base del ejemplo y principios del libro de Piri. Por tanto, este libro es la fuente de todos los libros similares escritos con posterioridad en Occidente. Hubiese sido ilustrativo comparar el “Bahriye” con algunos otros escritos siguiendo las mismas directrices; esto es imposible ya que el “Bahriye” fue el primero de su género.”
“El Libro de Navegación” (1519-21, 1526?) comienza en verso, continúa en prosa y finaliza en verso. Es totalmente comprensible por qué Piri escogió la poesía para transmitir información. En aquella época los libros debían ser manuscritos y reproducidos a mano lo que dificultaba la difusión de las obras: la poesía era ciertamente más fácil de memorizar y de difundirla. Inan cree que el Libro de Navegación podría haber sido mucho más útil a los marineros de la época de todo el mundo de lo que lo fue si su difusión hubiera sido mayor.
Piri centra su libro en el Mediterráneo, describiendo todas las costas, islas, bahías y cabos. Las investigaciones llevadas a cabo han revelado que, particularmente en el caso de Creta, era un gran conocedor de las características de las aguas del Mediterráneo. Conocía incluso detalles sobre dónde anclar y por qué. Por supuesto, el libro incluye mapas detallados de todos los lugares en cuestión. Contiene incluso observaciones sociológicas y geográficas sobre los lugares que visitó, lo que hace que el Libro de Navegación no sea meramente una “Guía para el Navegante” sino un libro de referencias prácticas sobre el Mediterráneo de la época. El libro contiene asimismo información sobre los avances tecnológicos en materia de navegación.
Observaciones de una erudita
La obra de Piri, especialmente en lo que respecta a su Libro de Navegación, no ha sido estudiada suficientemente. Creo que una de las razones de que esto sea así es el hecho de que la mayor parte de la información que abarca hubiera sido ya revelada o estudiada por otros científicos cuando el libro vio la luz. Pero otra razón es, sin duda, la falta de interés del mundo académico de Turquía en investigar pormenorizadamente y dar a conocer al mundo la interesantísima información contenida en este libro. Lamentablemente, incluso Senemoglu, que realizó una valiosa aportación a nuestra historia reeditando en turco el Libro de Navegación, no fue lo suficiente audaz para tratar de encontrar información básica sobre el mismo. Ya expuse más arriba que existe incluso cierta confusión en la misma edición del libro sobre el nombre real del autor.
Inan ofrece una amplia lista de publicaciones que hacen referencia a la obra de Piri. Me pregunto a mí mismo ¡cómo será la lista de publicaciones que ignoran su obra!. Inan muestra su sorpresa (y algo de resentimiento) por el hecho de que, aunque Atatürk reveló al mundo el Mapamundi de Piri en 1929, no se hace referencia alguna a él en la edición de 1932 del Atlas de Historia de la Geografía de los Estados Unidos. ¡Cuál hubiera sido su reacción si ella (que Dios guarde su alma) hubiese visto “la Revista Española de Defensa” de septiembre de 1992, la cual, en el marco del 500º aniversario del descubrimiento de América, dedicaba páginas y paginas a la cartografía del medioevo sin que apareciera una sola palabra sobre los mapas de Piri!
En relación con el 500º aniversario de América, el lector recordará que durante aquellos días en 1992 surgieron especulaciones sobre el origen de Cristóbal Colón. Numerosos autores pusieron en tela de juicio la teoría de general aceptación de que era natural de Génova, pero que, viendo la imposibilidad de realizar sus sueños de organizar una expedición a Oriente (India y China) a través de una nueva ruta occidental, se trasladó a España. Entre las diversas hipótesis nuevas sobre su origen étnico, algunas mantienen que podría haber sido judío. Pero ninguno de los que defendieron la idea original de que Colón era genovés hizo mención alguna al Libro de Navegación de Piri, en el que relata en poesía que: “Había un hombre sabio en Génova llamado Colón, que recibió un antiguo libro sobre mares de tiempos anteriores a Alejandro. Él leyó este libro y fue al Rey de España a contarle todo lo que en el Libro se decía sobre las Antillas.”
Piri mencionó asimismo que recibió una copia del mapa de las Antillas de Colón, con el que dibujó parte de su propio mapa. Para corroborar la autenticidad de este aserto de Piri, Inan llama la atención al hecho de que el cartógrafo turco usase en su propio mapa el término “Undici Vergini”, el nombre italiano de las Islas Vírgenes, lo que es indicativo de que Piri estaba influenciado por Colón, quien debió tomar sus apuntes en su lengua materna.
Una historia de dos civilizaciones
Es mucho más interesante, en mi opinión, insistir sobre el hecho de que Piri fue fundamentalmente un viajero y explorador turco que, anticipándose a Evliya Chelebi, gran explorador otomano, se embarcó para conocer el mundo. Viajó a Occidente, lo que le permitió aprender lenguas occidentales tales como el italiano, español y portugués, así como el árabe.
Todas las fuentes están de acuerdo que en 1487 participó en la campaña otomana para el traslado al Norte de África de los moriscos deportados de España. Sin embargo, no he encontrado referencia alguna sobre una posible participación en el traslado de los judíos, expulsados igualmente de España en 1492. Esto puede deberse en parte al hecho de que hasta 1992, 500º aniversario de este acontecimiento, nosotros los turcos teníamos poca información acerca de la expulsión de los judíos de España, que tuvo como consecuencia el asentamiento de un importante número de judíos sefardíes en territorio del Imperio Otomano. Se sabe que los buques otomanos que trasladaron a los judíos a través del Mediterráneo a sus nuevos hogares en Estambul, Edirne, Salónica, Esmirna y otros lugares, estaban bajo mando del Almirante Kemal, tío de Piri. Sería ingenuo pensar que Piri no participó en esa campaña. Creo que fue con esta ocasión cuando conoció y aprendió español –y quizás portugués, ya que Portugal expulsó a sus propios judíos en 1497 y algunos de ellos emigraron igualmente a Turquía. En este sentido, parece ser que él fue uno de los primeros turcos en mantener contactos con el mundo hispano y así lo reflejó sobre el papel (ver el Libro de Navegación). Otro navegante turco, Murat Reis, que conquistó Rodas, es conocido por haber viajado a las Islas Canarias, posesión española en el Atlántico, pero no dejó huella escrita alguna sobre contactos con el mundo hispano.
El académico español Angel de Bunes pronunció una interesante conferencia en Ankara en 1994 sobre las “Relaciones turco-españolas en sus Edades de Oro (siglo XVI)”. Cuando se le preguntó su opinión sobre Piri, dijo saber de él pero, alegando falta de tiempo, no pudo extenderse sobre el gran capitán y cartógrafo. Tampoco entró a debatir en profundidad la cuestión de los judíos sefardíes, el otro elemento importante en las relaciones turco-españolas. No obstante, reveló otro hecho –sin conexión aparente con el tema de este artículo: que los españoles habían identificado a los turcos con los árabes que habían expulsado de su país en el siglo XV, y llamaron “turcos” a éstos últimos.
Esto ha tenido sus repercusiones hasta nuestros días. Existen importantes comunidades de ciudadanos de origen árabe en los países latinoamericanos de habla hispana. Éstos son conocidos también como “turcos”. El escritor brasileño Jorge Amado dedicó una de sus novelas a esta comunidad de inmigrantes: “El descubrimiento de América por los turcos”. No sé si Amado conocía de la existencia de Piri cuando escribió esa novela, pero teniendo en consideración los versos del Libro de Navegación que aparecen más abajo, no puedo dejar de imaginar alguna relación con Piri:
“…Es por esto por lo que se les llama Anutilye (Antillas)
Son los confines de Occidente
Allí la luz ilumina día y noche
(el día y la noche) son iguales
Porque el sol nunca se pone
El hemisferio es allí igual a la otra mitad
Si me pregunta “¿Ha estado allí?”
¿Ha pasado un día
En aquellos hermosos parajes?...
Continúa sin contestar a sus propias preguntas e incluso sin ofrecer una pista. ¿Visitó Piri América? ¿Estuvo él en “aquellos hermosos parajes”? ¿Pudo haberlo hecho realmente? ¿Por qué sintió necesidad de llamar a las Antillas “un hermoso paraje”?
Actualmente se exhibe un ejemplar del Mapamundi de 1513 de Piri en el Museo de las Casas de los Tratados de Tordesillas.
(Nota del Autor: Este texto es una traduccion re-editada (una version revisada) de mi articulo titulado "Piri Reis: On Hispanic Day" que aparecio en el diario turco, publicado en inglés, Turkish Daily News, el 12 de octubre de 1994.)
jueves, junio 29, 2006
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